Había una vez un castillo llamado Perico y el otro Penico. Uno estaba al norte del país y el otro al sur del país. Siempre estaban de pelea y no se llevaban bien. Un día llegó un emperador de otro país y quería hacer una fiesta e invitar a los dos reinos, pero no se ponían de acuerdo. Entonces el emperador, pensó en hacer una fiesta en medio del país.
Al final se lo pasaron muy bien y estuvieron todos muy contentos. Dónde hicieron la fiesta le llamaron la capital de los dos reinos. Y así los dos reinos podían utilizar la capital.
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